En Slow Marketing nos encanta la transparencia, la belleza real es marketing slow. Presentar modelos espectaculares y tan delgadas como andróginas no representa el mundo real, por mucho que el sector de la moda se siga empeñando.
Una mujer real tiene curvas, a veces tiene ojeras, es blanca o negra, con algún michelín, con cicatrices o pecas, con estrías o celulitis, con identidad, con personalidad… porque la belleza es imperfecta.
Huyendo de la cosificación de la mujer en las campañas publicitarias, hoy hablamos de los falsos mitos que se nos han vendido en los anuncios de cosmética:
-Crema antiarrugas que nos muestra que quedaremos como la adolescente del anuncio ¡que no ha visto una arruga en su vida! ni siquiera en su ropa… ¡porque seguro que le plancha su madre!
-Anticelulíticos que nos dicen que nuestras cachas quedarán como las de la chica del spot quien, curiosamente, debe pesar 40 kilos y ¡no ha olido un brownie ni a 1 kilómetro en toda su corta existencia!
-Champús antiencrespado, efecto brillo intenso y deslumbrante para todas las miradas, que no podrán resistirse a tanto fulgor. Por supuesto, quedará igualito igualito que el pelo de la chica del anuncio, casualmente buscado entre 1 millón de candidatas… ¡Vamos… que así, así, sólo hay uno entre ese millón!
Por suerte para nosotras, nuestros bolsillos y nuestra maltrecha autoestima -a fuerza de mostrarnos estos patrones- hay marcas que están haciendo las cosas de forma diferente y que: ¡por fin! nos muestran una mujer real en los anuncios, de esas que nos encontramos en la vida misma.
Son pocas las firmas que apuestan por esto, sí, pero haberlas haylas. ¡Por suerte para nosotras! que, al menos, podemos ver otras cosas en publicidad.
La publicidad de cosméticos está al servicio de la venta
Parece demasiado evidente ¿no? La publicidad de cosméticos nos lanza patrones inalcanzables para que nos pasemos la vida intentando llegar a ellos y que, así invirtamos nuestro dinero, contante y sonante, una y otra vez en sus falsas promesas.
En Slow Marketing queremos reivindicar la transparencia y la ética en este tipo de productos. Evidentemente una crema anticelulítica nos puede dejar la piel más tersa, pero nunca dejará nuestras pantorrillas como las piernas canijas de la modelo pubescente. ¡Y agradeceríamos mucho que no trataran de hacérnoslo creer!
Dove como marca ejemplo de enfoque a una mujer real
Por todo lo anterior agradecemos a marcas como Dove que hayan apostado por otras pautas, que nos haya traído la belleza real, que haya mostrado en sus anuncios a modelos de todo tipo: altas, bajas, delgadas, gordas, de pelo liso, rizado, encrespado…
De hecho, su visión como marca es: «Imagina un mundo donde la belleza es una fuente de confianza. No de ansiedad.» ¡Nos encanta! Ofrece a la mujer fe en sí misma y nos ayudan a querernos tal y como somos.
Un mensaje enfocado en la mujer real por el que la marca lleva apostando desde 2015. ¡Bravo!