Comunicación slow, el movimiento slow en un sector de vorágine
¿Es posible hablar del movimiento slow en ámbitos como los de la comunicación, la publicidad o el marketing? ¿Es factible una comunicación slow?
Muchas veces, cuando transmito la visión, la misión y los valores de Slow Marketing, aquellos que me oyen me miran fascinados, sé que les gusta la idea pero –al mismo tiempo- sé que algunos la consideran muy idílica.
Sin embargo yo creo que no hay más remedio… la locura en la que estamos inmersos no puede llevarnos más que a la reflexión y a otra forma de hacer las cosas, también cuando comunicamos.
¿Qué es comunicación? ¿Y comunicación slow?
Comunicación es lo que realizamos todos desde el momento en el que venimos a este mundo. Nos invitan a llorar nada más nacer y después seguimos -como seres dependientes- pidiendo mediante berreos…
Podemos definir comunicación como: Hacer a otros partícipes de algo propio, contarles alguna cosa, conversar, notificar algún hecho mediante la palabra –ya sea escrita o hablada-, mediante códigos que emisor y receptor entiendan…
Para que las personas puedan entenderse no debe haber ruido en la comunicación y debe realizarse con una cadencia tranquila, que permita al receptor entender el código utilizado.
Definición de Comunicación Slow
Así las cosas… ¿Son nuestras comunicaciones de hoy en día slow? ¿qué grado de estrés experimentas al ver 87 notificaciones de mensajes desde la última vez que miraste el whatsapp?
¿Alguna vez has revisado lo escrito y cualquier parecido con lo que querías poner es mera coincidencia? ¿Has sufrido malentendidos por escritos de whatsapp? Ya…
Por eso… reivindicamos una comunicación más slow. Esto nos pasa en nuestro día a día, a todos, pero igualmente ocurre en los Medios de Comunicación.
El estrés actual por la competencia y rapidez de medios como X (antes Twitter) hace que muchas veces prime más dar una noticia con premura que la posibilidad de contrastarla… El ruido y la infoxicación (intoxicación por demasiada información), cada vez son mayores.
Estas cosas ocurren actualmente de forma continua. Porque estamos montados en el torbellino, el mundo actual no nos invita a parar, es más, no nos lo permite.
Sin embargo… hay que hacerlo, hay que detenerse, respirar, pensar… poder transmitir lo que realmente queremos, lo que verdaderamente somos, bajarnos del caos.
¿Por qué necesitamos comunicar? ¿y para qué comunicar slow?
Todos necesitamos comunicarnos, informar a los demás de muchas cosas que llevamos dentro: en el trabajo, en las relaciones personales, en prácticamente cualquier paso del día a día…
Si lo hacemos de forma acelerada llegan los malentendidos, las malas caras, problemas innecesarios…
Si ordenando las ideas y las palabras, muchas veces no conseguimos hacernos entender… ¿qué sucede si lo hacemos de forma acelerada? ¡pues que no nos entendemos ni nosotros! ¿Te ha pasado alguna vez? Ya…
¿Qué ventajas tiene la comunicación slow?
La comunicación slow permite que demos tiempo a las cosas que consideramos verdaderamente importantes, que conversemos con tranquilidad, que transmitamos con paz interna.
En entornos laborales de comunicación y de noticias intentar un equilibrio, entre la fugacidad de la información y el slow del buen hacer, permite contrastar las cosas y dar una información más veraz. Permiten transmitir mejor y cuidar la comunicación.
En publicidad y marketing, el transmitir información honesta y veraz de productos, servicios, empresas, experiencias… permite generar confianza en el público objetivo, un público que lo agradecerá y con el que se creará un vínculo de confianza, una relación a largo plazo.
Por todo esto creemos en la comunicación slow más que nunca ahora, porque es cuando más falta hace en un mundo infoxicado, es decir, tanintoxicado de información que nadie sabe qué creer y qué no. Necesitamos volver a generar confianza en los medios, en la publicidad, en la comunicación… En las personas…

